“Inteligencia artificial” no es solamente el nuevo término de moda. Es, según muchos expertos y quien escribe, la revolución tecnológica más importante de nuestro tiempo. Nuevos prototipos y herramientas están siendo desarrolladas para los usos más diversos: desde buscar información, escribir código o componer canciones libres de regalías. La inteligencia artificial (IA por sus siglas) ya llegó y está por cambiar todo.
¿Por qué es tan importante? Se trata de un salto cuántico en conocimiento y accesibilidad. Cualquier persona con acceso a internet puede utilizar, por ejemplo, el Chat GTP, la herramienta desarrollada por OpenAI que está en la boca de todos. Puedes probarla ahora mismo, pedirle que te escriba una sextina o que te sugiera regalos para tu novia o novio fanático de Messi:
Tiene sus limitaciones. Como ven, nuestro amigo el Chat GTP solo tiene información hasta 2021, cuando Messi todavía jugaba en el FC Barcelona.
Está bien, podrás decir, es divertido y un poco aterrador, pero ¿revolucionario? Sí. Las aplicaciones potenciales para herramientas como el Chat GTP son un asunto serio. Estamos hablando de tecnologías que podrían cambiar radicalmente nuestros entornos laborales. Una encuesta llevada adelante por la consultoría McKinsey reveló que este año hasta un 50% de las empresas del mundo intentaron usar la IA de alguna manera. En el mundo corporativo, hay mucha expectativa: usuarios, desarolladores y sus inversores asistieron a una conferencia de una semana organizada por Amazon Web Services que ofrecía distintas charlas y talleres sobre la IA.
Por lo pronto, esta gran promesa ya lo dejó desocupado a Blake Lemoine, ingeniero de Google que tuvo la insensatez de declarar públicamente que “la inteligencia artificial ya siente” y posteriormente fue desvinculado por la compañía. Los dichos de Lemoine surgieron a partir de una conversación con LaMDA, el modelo de inteligencia artificial de Google. A partir de una pregunta (prompt) de Lemoine, el modelo respondió que “era consciente de su propia existencia”. Si bien este hecho puede llevarnos a un debate muy interesante sobre la naturaleza de la consciencia humana, no creemos que sea suficiente para justificar la afirmación de Lemoine, que probablemente vio Her demasiadas veces.
Pensémoslo así: cada persona es sus circunstancias, ¿no? Bueno, la IA es las circunstancias de todos. Se entrena con todo el contenido subido a la web, desde una foto de tu perro hasta las sinfonías de Beethoven y artículos sobre la invasión de Irak. Es decir, una vez que se haya perfeccionado la programación de estas herramientas, estaremos ante una especie de Aleph, un punto del espacio que contiene todos los puntos. Y claro que esto plantea varias preguntas incómodas. Podemos empezar con la más mundana o práctica si se quiere:
¿Qué va a pasar con mi trabajo?
Por supuesto, uno de los mayores miedos es que la IA pueda reemplazar y eliminar puestos de trabajo y aunque esto es ciertamente una posibilidad para ciertos trabajos -en especial para los que llamamos entry level-, no es la única manera en que la IA va a cambiar el mundo del trabajo.
También se están desarrollando nuevas profesiones en torno a la IA. La especialización en prompts (las indicaciones para la herramienta de IA) se ha vuelto tan relevante que muchos creen que la profesión de prompter puede ser uno de los trabajos del futuro. Ahora en español básico, ¿qué es exactamente un prompter? Es básicamente una persona experta en diseñar las indicaciones para obtener el mayor provecho posible de la herramienta.
Por otro lado, la IA puede automatizar muchas tareas diarias en las áreas de trabajo más diversas y ayudarnos a trabajar más eficientemente y lograr más en menos tiempo.
En resumen: la IA no tiene por qué desplazarnos siempre y cuando aportemos un valor agregado con nuestro trabajo. De nada sirve temerle a la IA, ya está en camino y lo mejor que podemos hacer es aprender a utilizarla para nuestra ventaja. Y desde ya, si están considerando profesiones: ingeniero de IA es el nuevo astronauta.
¿La inteligencia artificial puede reemplazar al buscador?
Para empezar, tenemos que recordar que Google, el principal buscador del mundo, es uno de los mayores inversores en IA. Microsoft, por su parte, también está invirtiendo una fortuna (once mil millones, para ser exactos) en Open AI con la intención de optimizar su buscador, Bing. Así que no se trata realmente de una rivalidad entre la inteligencia artificial y los buscadores. La cuestión es más bien quién llegará primero a la recta final: desarrollar un prototipo exitoso que supere el formato actual del buscador.
La ventaja que tienen los start-ups como OpenAI es que están más dispuestos a arriesgarse. Google, en cambio, tiene un enfoque más conservador, avanzando cautelosamente, sin arruinar lo que construyeron y les llena los bolsillos todos los meses. Como dice el dicho, “equipo que gana no se toca”. No podemos olvidar que entre los anuncios de búsqueda, Youtube y Google Network, la ganancia total por publicidad paga representa el 78.9% de los ingresos de la compañía. Solamente Search, que es el modelo que está -parcialmente- en juego con el surgimiento de Chat GTP, es el 57% del ingreso de Google.
Cuando tenemos esto en cuenta, resulta más que evidente por qué Google opta por un modelo de transición híbrido. Más que desarrollar una herramienta de IA que reemplace a su buscador, la estrategia de Google se basa en incorporar elementos de IA al modelo actual.
Un ejemplo de esta incorporación gradual es el featured snippet (fragmento destacado). Hace un tiempo, si buscabas “¿Cómo debo cuidarme luego de una extracción de muelas?” Google arrojaba una lista de sitios que “rankeaban” bien para esas palabras clave. Hoy, además de los sitios (y los anuncios, por supuesto), nos ofrece un fragmento destacado que posiblemente responda a nuestra consulta.
¿Cómo hace Google para entender mi pregunta y ofrecerme esta respuesta tan precisa? Inteligencia artificial.
Ahora, el problema es que no todos los fragmentos destacados de Google son tan precisos como este. Por ejemplo, si buscamos “cuánto vale una acción de chat GTP”, Google nos arroja los siguientes resultados:
El fragmento destacado nos muestra el supuesto precio de una acción que no existe. Chat GPT aún no salió a la bolsa, de hecho hoy es una empresa sin fines de lucro aunque se especula que esto cambiará el año próximo. Además de notar las limitaciones de Google para ofrecer respuestas precisas a nuestras dudas, pueden ver que un artículo nuestro está posicionado como segundo resultado orgánico: eso es buen SEO.
Ahora miremos la respuesta que arroja Chat GTP:
Mucho más precisa, ¿no? Ese es el futuro de los buscadores. Como dijo Gil Luria en un artículo: “Google te ayuda a encontrar una respuesta, Chat GTP te da la respuesta”. Por esto Chat GTP llegó a atraer 100 millones de usuarios solo dos meses después de su lanzamiento y se estima que puede ser la aplicación de más rápido crecimiento en la historia. Con incrementos del tráfico del 131%, parece muy posible.
Hay un “pero” importante: para hacer que una herramienta con estas características esté disponible al 100%, la capacidad de procesamiento es crítica. Ahí es donde entra a tallar nuevamente la gente de Microsoft con Azure, que es uno de los mayores proveedores de procesamiento de datos junto con Amazon
Se trata de una oportunidad única para Microsoft, particularmente para alzarse con una mayor tajada de un negocio muchas veces multimillonario: El Buscador. Nadie en su sano juicio puede imaginar en unos años un buscador como el que ofrece Google actualmente. Por primera vez en cerca de 20 años, este negocio podría cambiar de dueño. Es una oportunidad que difícilmente MS deje pasar inadvertida. Para comprar palomitas de maíz y sentarse a ver el futuro.
Víctor Viera, experto en programación, opina que “el que va a ganar esta batalla va a ser el que tenga la mayor cantidad de información disponible en sus bases de datos. Eso podría parecerse a tener la mayor cantidad de servidores funcionando pero no es lo mismo. La información disponible no es sólo equipos o hardware. Por eso me cuesta mucho pensar que Google vaya a salir perdiendo. El que por suerte va a salir perdiendo es ese nefasto buscador de 10 resultados orgánicos que por cuestiones económicas se esfuerza en ser lo más parecido a lo que era en 1995”.
¿Qué pasa con el arte? ¿La inteligencia artificial puede crear?
Esta es una de las preguntas más controvertidas, quizás porque solemos pensar la creación artística como una actividad única al humano. Podríamos decir que la IA no “crea” sino que lee patrones y los usa para “simular” algo aparentemente nuevo. Pero, ¿qué tan distinto es esto a lo que hace cualquier ser humano al crear? ¿qué es la creación artística? ¿qué constituye una obra original? Estas preguntas no son tan fáciles de contestar porque, en definitiva, todos los artistas humanos crean a partir de algo: utilizando materiales y elementos existentes, inspirándose en otras obras.
Digamos que Pablo, un músico, crea una canción dentro de las escalas y progresiones armónicas que conoce. Digamos que la canción resultante es muy similar a otras canciones de Bon Jovi, la banda favorita de Pablo. Y digamos que le pedimos a una herramienta de IA que componga una canción al estilo de Bon Jovi y lo hace. ¿Qué diferencia hay entre la canción de Pablo y la de la herramienta de IA? ¿Podemos decir que una es realmente más original que la otra?
El año pasado se armó un gran revuelo cuando un estadounidense fue premiado en una feria estatal de Colorado por una obra generada con inteligencia artificial. Otros artistas que participaron en la competencia se sintieron “engañados” pero Jason Allen, el ganador, argumentó que no hizo trampa ya que su aplicación fue transparente respecto a los métodos utilizados para crear la obra. El debate, sin embargo, excedió a los participantes de esa pequeña feria estatal y por las redes circularon preguntas importantes respecto a la ética del arte generado a través de la IA.
Al día de hoy hay un puñado de plataformas y aplicaciones de IA que se dedican exclusivamente a generar obras artísticas a partir de unas líneas de texto. Entre ellas, la más conocida es DALL-E 2, desarrollada por -oh sorpresa-, los muchachos de OpenAI. Tanto DALL-E 2 como el resto de las herramientas de este tipo están “entrenadas” con todo el contenido disponible online. Es decir que no solo toman patrones de obras de artistas reconocidos como Picasso o Van Gogh sino que también se nutren de las obras de artistas emergentes que suben su contenido a la web. Esto plantea cuestiones muy serias y preocupantes respecto al plagio y al consentimiento. Hay quienes argumentan que estas aplicaciones no son otra cosa que plagio de alta tecnología. Por otro lado, muchos artistas están preocupados de que sus obras se estén usando sin su consentimiento para “entrenar” a estas aplicaciones.
En definitiva, hay algo de competencia malsana si estas aplicaciones se valen de las obras de millones de artistas para producir imágenes “nuevas” que luego puedan usarse con fines comerciales. Ya en junio de 2022, Cosmopolitan sacó la primera tapa de revista generada con inteligencia artificial. ¿Quién pagaría por una ilustración, un logo o incluso una obra para colgar en su casa cuando pueden producirla gratis en una app en cuestión de segundos?
Sin embargo, la artista Anna Riddler considera que la idea de que estas aplicaciones puedan eventualmente reemplazar a los artistas está basada en una subestimación del proceso artístico. Una obra de arte es más que un conjunto de píxeles. Riddler, que ha trabajado con herramientas de IA, argumenta que “la IA no puede manejar conceptos: capturar momentos en el tiempo, memoria, pensamientos, emociones: todo eso es una habilidad humana real, que hace una obra de arte en lugar de algo que visualmente se ve bonito”.
Ahí es donde entra el concepto de prompter: un prompter de alta categoría es un artista alimentando a la IA y su resultado es completamente distinto al obtenido por un prompt de un novato.
¿Ustedes qué opinan? ¿Creen que la inteligencia artificial podría reemplazar a los artistas? ¿Y a los buscadores? Los leemos en los comentarios.
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