El metaverso, esa idea escurridiza que ahora está en la boca de todos. Si te suena a un término de ciencia ficción, es porque lo es: se utilizó por primera vez en Snow Crash (1992), la novela distópica del escritor estadounidense Neil Stephenson. Uno podría pensar que si el concepto aparece por primera vez en una novela distópica, no es un gran augurio ¿no? Pero vamos a basarnos en hechos y datos más concretos antes de saltar a conclusiones. Y antes de seguir hablando del metaverso sin que sepas qué es el metaverso, lo vamos a definir:
¿Qué es el metaverso?
El metaverso es un universo paralelo que existe en el ciberespacio, al que se accede por conexión a internet y lentes de realidad virtual. Se trata de un entorno multiusuario que fusiona la realidad física con la virtualidad.
¿Qué lo diferencia de un videojuego? Para empezar, no está pensado solo para jugar: la idea es que el metaverso funcione literalmente como un universo paralelo en donde se puedan hacer las mismas cosas que en la vida real como trabajar, ir de compras, interactuar con otras personas.
Por otro lado, el metaverso será mucho más inmersivo que cualquier videojuego, con estímulos de varios sentidos y no solo la vista. Sin embargo, se considera que el primer antecedente del metaverso es el videojuego Second Life, una comunidad virtual lanzada en junio de 2003. En Second Life, los usuarios pueden interactuar mediante avatares y participar en todo tipo de actividades, comprar y ofrecer productos y servicios y crear objetos con herramienta de creación en 3D.
Por todas estas posibilidades, la clasificación de Second Life como un “videojuego” es muy discutida, aunque tampoco sería preciso describirlo como “realidad virtual” o “plataforma social”. Parece que los creadores de Second Life realmente se adelantaron a su tiempo y concibieron el metaverso antes que nadie.
Aunque la tecnología avanza a pasos agigantados (y se dice que Mark Zuckerberg ya invirtió una fortuna en ella) aún estamos lejos de que el metaverso sea una realidad tal y como se la ambiciona: multisensorial, multiplataforma e interconectada.
Limitaciones tecnológicas
Todos hemos visto algún meme en el que se compara la expectativa de cómo se vería el mundo en el siglo XXI vs la realidad: sí, para la decepción de muchos escritores de ciencia ficción, no tenemos autos voladores y nuestras videollamadas no se ven como los hologramas de Star Wars.
La tecnología necesaria para llevar adelante el metaverso aún está siendo desarrollada. Para empezar, las redes 5G aún están en pleno desarrollo y lejos de poder alojar una red inmersiva de estas dimensiones. Por otro lado, tampoco contamos aún con los dispositivos que permitan tener una experiencia multi-sensorial. Aún se está trabajando en crear lentes de realidad virtual más cómodos y ligeros para que puedan usarse por tiempos prolongados. Y ni hablar de que estos dispositivos sean asequibles: como toda tecnología nueva, al principio serán muy caros y solo los podrá comprar una minoría.
El futuro de las marcas en el metaverso
A pesar de estas limitaciones, algunas versiones del metaverso ya están siendo implementadas y hay quienes argumentan que allí está el futuro de las marcas, pero ¿es realmente así? A continuación, te contamos algunas de las posibilidades que tiene el metaverso para las marcas.
Tiendas virtuales
Dirás que esto ya existe: se llama e-commerce. Pero no, es bastante más futurista que eso. En el metaverso, una marca de ropa puede crear un diseño que los clientes solo pueden usar en el mundo virtual. Las ucranianas Daria Shapovalova y Natalia Modenova ya lo hicieron: se llama DRESSX y es una plataforma de ropa digital, artículos de moda NFT y looks AR (realidad aumentada).
La famosa casa de subastas Sotheby’s también incursionó en esto con su Sotheby’s Metaverse, donde subastan obras virtuales como las CryptoPunks, miniaturas pixeladas que representan rostros ficticios. Los precios de estas obras ya ascienden a los 500.000 dólares. Si te preguntas quién pagaría por bienes que solo se pueden disfrutar en el metaverso, no estás solo. Pero hay quienes argumentan que las compras virtuales de los clientes los pueden incentivar a realizar compras en el mundo físico y ampliar el alcance de las marcas.
Eventos y experiencias de marca
En el metaverso, las marcas pueden crear experiencias interactivas para sus clientes. Por ejemplo, en 2021, Warner Bros. Pictures organizó una fiesta virtual en Roblox para promocionar su película “In the Heights”. Los visitantes del barrio virtual podían pasear por los espacios icónicos de la película, hacer murales y ver videos y entrevistas detrás de escena, incluido un tutorial de baile del coreógrafo de la película, artículos virtuales y búsquedas del tesoro.
Desarrollo de productos
Las marcas también pueden utilizar el metaverso para testear nuevos productos antes de lanzarlos. La famosa marca alemana de automóviles de lujo BMW se asoció con NVIDIA para crear Omniverse, la herramienta de planificación de fábrica virtual que integra una gama de aplicaciones y datos de planificación y permite la colaboración en tiempo real con compatibilidad ilimitada. Esta innovadora tecnología les permite sincronizar sus operaciones en todo el mundo, realizar diseños personalizados a gran escala y detectar fallas y mejoras en sus productos antes de crearlos en físico.
Problemas y controversias del metaverso
Además de todas estas excitantes posibilidades, la idea del metaverso también presenta muchísimos problemas. Expertos coinciden en que el metaverso podría exacerbar algunas de las problemáticas de la red actual y crear nuevas. Veamos cuáles son:
Violencia
Parece un chiste de mal gusto: una investigadora se adentra en el metaverso con la intención de de estudiar el comportamiento de los usuarios en la plataforma de redes sociales de Meta, “Horizon World”, pero antes de que transcurra una hora, su avatar es violada en la plataforma. “Una parte de mi cerebro se preguntaba qué mierda estaba sucediendo, la otra parte me decía esto no es un cuerpo real, y otra parte pensaba: esta es una investigación importante”, dijo.
Ya hemos sido testigos de las dificultades de Meta para moderar las interacciones en sus plataformas existentes, en gran detrimento de los usuarios y las comunidades. Así que este antecedente para su nuevo proyecto es muy alarmante. Especialmente porque aún no tenemos leyes para regular este tipo de comportamientos. Ante una experiencia como la que vivió la investigadora, no está claro qué recursos legales puede tener a su disposición, si es que tiene alguno.
Robo
Aquí nos encontramos con el mismo problema que ante las violencias cibernéticas: la ausencia de un entorno legal. No hay protección contra el robo en el metaverso, alguien podría invertir miles de dólares en bienes digitales y que se los roben con pocas o nulas consecuencias. ¿A quién se puede acudir si el sistema legal aún no tiene leyes para estas plataformas?
En la actualidad las estafas digitales son relativamente frecuentes en la web 2.0 y ya se están utilizando enlaces para obtener acceso a las billeteras de criptomonedas de las personas. La comercialización de NFT, por otra parte, viene acarreando muchísimos problemas por su frecuente uso en estafas virtuales. Hasta hay quienes afirman que el mercado de los NFT tiene un funcionamiento comparable a un esquema piramidal o Ponzi.
Privacidad
Dijimos “exacerbar los problemas de la red actual” y no era en chiste. Todos sabemos lo habituales que son las filtraciones de información personal en internet. Ahora, imaginemos la dimensión que puede cobrar esto cuando las plataformas del metaverso nos requieran el uso de muchos tipos de dispositivos donde tengamos que habilitar accesos y rastreos. Las empresas ahora tendrían acceso a información cada vez más sensible.
Monopolio
Esta es una de las mayores controversias respecto al metaverso. ¿Será el nuevo imperio de Mark Zuckerberg? ¿O podrá ser la utopía que imaginamos de internet: un espacio abierto, democrático y descentralizado? Por supuesto que todo eso está por verse, pero con el gigante de las redes sociales invirtiendo miles de millones de dólares en el metaverso y hasta renombrando su marca como Meta, parece muy probable que estemos ante una nueva monarquía digital.
¿A dónde va el metaverso?
Aún con todas estas problemáticas, el metaverso no deja de avanzar, pero ¿hacia dónde? Es imposible predecir exactamente cómo estas tecnologías modificarán nuestras vidas, pero los expertos estiman que en los próximos años, el 25% de las personas pasarán al menos una hora al día en el metaverso. ¿Haciendo qué? Bueno, ya vimos que las posibilidades son prácticamente infinitas: todo lo que hacemos en el mundo real es potencialmente replicable en el metaverso.
Con los antecedentes de internet, solo podemos estar atentos a no repetir los viejos errores. ¿Tú qué piensas? ¡Déjanos tu opinión en los comentarios!
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Hace mucho que quería leer un artículo así tipo “Zoom out” para comenzar a entender las distintas corrientes del Meraverso. Me resultó muy informativo e interesante tu artículo. La veta de “tierra de nadie” e implicancias legales me fascinó, nunca la había ponderado.
Gracias!
¡Excelente artículo Marina! Me encantó tu visión del metaverso original como un relato lúdico y digital que deviene luego en un nuevo mundo, paralelo, y parcialmente disociado al nuestro, donde se juegan otras reglas y otras posibilidades. Falta, pero hacia allí vamos sin duda.